¿Alquiler o compra? Seguro que en algún momento te has hecho esa misma pregunta.
España sigue siendo un país de propietarios, pero la tendencia está cambiando. Actualmente en España un 23,8% de la población vive en régimen de alquiler. Y la cifra sigue subiendo.
Cada vez más personas optan por el alquiler frente a la compra de casa, aunque aún estamos lejos de las cifras de los países más avanzados de Europa. En Alemania, por ejemplo, el porcentaje de personas que viven de alquiler es 48%, en Francia es 36% y en Suiza es 56%.
La decisión de alquilar o comprar casa tiene un impacto muy grande en tu libertad financiera y en la gestión de tus finanzas personales.
En este artículo te contamos las ventajas e inconvenientes de cada una de las opciones, para que elijas bien informado. Empezaremos por lo más emocional y terminaremos con los números. Es decir, lo que dicen las matemáticas que es mejor para tu patrimonio a largo plazo.
Ventajas del alquiler
Vivir alquilado tiene muchos aspectos positivos, no sólo financieros, sino también en cuanto a tu estilo de vida y posibilidades de crecimiento.
En términos generales, alquilar es una opción más flexible que tener casa en propiedad.
Ventajas de vivir de alquiler
- Vives donde quieres. No estás atado por la hipoteca a una casa concreta y puedes cambiar cuando quieras. Esto se traduce en que puedes vivir donde quieras, en cualquier zona de la ciudad e incluso en cualquier país del mundo y que podrás mudarte de residencia tantas veces como desees. Al comprar una vivienda te estás atando a una localidad y a un tipo de vivienda y cambiar no será nada fácil, además de costarte dinero en el pago de impuestos.
- Te adaptas mejor a los distintos momentos de la vida. Como puedes cambiar de vivienda cuando quieras, puedes adaptar tu casa a tus necesidades y a los diferentes momentos de la vida. Si necesitas una habitación porque vas a ser padre o un despacho porque vas a empezar a trabajar desde casa, será tan fácil como cambiar de piso. Lo mismo se puede aplicar si lo que quieres es una casa con piscina para los niños o si los hijos se han independizado y quieres volver al centro de la ciudad.
- No dejas escapar posibilidades profesionales.Como no estás financieramente atado a través de tu vivienda, no dejas escapar ofertas y posibilidades de mejora profesional que impliquen traslados. Si te llega una propuesta para trabajar en el extranjero, el piso no será un problema para tomar una decisión, al igual que si te sale un trabajo en la otra punta de la ciudad, podrás cambiar de piso y volver a estar cerca del trabajo para no perder tiempo en desplazamientos.
- Controlas mejor los costes de la vivienda. Hay muchos gastos aparejados a una casa que sólo se pagan cuando eres propietario, como por ejemplo la comunidad. Además de ahorrarte este concepto, al vivir de alquiler evitarás las derramas por mejoras en el edificio y también cualquier otra costosa reparación que haya que hacer en la vivienda y que pueden descuadrar tu presupuesto. Como propietario no podrás escapar a estos dispendios inesperados.
- Evitas pagar ciertos impuestos. Tener casa implica pagar impuestos. Todos los propietarios deben hacer frente al Impuesto sobre Bienes e Inmuebles o IBI. El coste total de estos impuestos puede superar los 1.000 euros al año.
- Puedes probar si una zona te gusta antes de comprar. La flexibilidad del alquiler te permitirá vivir donde quieras y ver cómo es un vecindario antes de tomar la decisión de comprar.
- Vives más tranquilo porque no tienes deudas. Una hipoteca puede ser una enorme losa mental. ¿Qué pasaría si te despiden? ¿Y si la empresa va mal? ¿O si ocurre cualquier imprevisto y no puedes pagar la hipoteca?. Este es un problema que ni siquiera tendrás que llegar a plantearte en un alquiler.
- Más dinero disponible. No tienes que pagar la entrada de piso, por lo que tendrás que más dinero para el resto de tus proyectos profesionales y vitales.
Inconvenientes de comprar casa
Ser propietario no es barato y no solamente por la hipoteca y el coste de la vivienda. Estas son las desventajas de adquirir una vivienda.
- Reduce mucho tu libertad financiera. Por si todavía no lo tienes claro, la deuda te esclaviza y hace que trabajes para ella y no para ti, pero éste es sólo uno de los peligros de la deuda.
- El coste inicial es elevado. Para comprar una casa necesitarás tener cerca de un 35% del precio de la vivienda para pagar la entrada. Y eso solo en el mejor de los casos.
- Si te hipotecas, puedes terminar pagando el doble por tu casa. Los intereses harán que pagues por tu casa mucho más que el precio que figura en la hipoteca y en las escrituras. Para que te hagas una idea, por un préstamo de 224.000 euros al 2,5% a 30 años acabarás desembolsando 318.600 euros, casi un 50% más sólo en intereses.
- El precio de las casas puede bajar. Debes ser consciente de que la casa que hoy compras por 200.000 euros mañana puede valer 150.000 euros, pero que la hipoteca seguirá siendo la misma. Dicho de otra forma, si en algún momento tienes que vender la casa puedes terminar perdiendo dinero y endeudado si lo que consigues no cubre la cuantía del préstamo.
- Pierdes toda flexibilidad para cambiar de casa .Cambiar de casa cuando estás hipotecado o incluso si tu vivienda ya está pagada es complicado y costoso. Si decides venderla intentarás que el precio sea superior al que pagaste y además no será un cambio inmediato. Deshacerse de un inmueble lleva tiempo. A esto deberás sumar el pago de impuestos por la venta. En definitiva, muchas dificultades que harán que te lo pienses dos veces. Tanto es así que la solución más rápida suele pasar por alquilar la vivienda en lugar de venderla.
- Si no pagas puedes perderla. En caso de no poder pagar la vivienda el banco podría ejecutar la hipoteca y quedarte sin la casa después de todos los esfuerzos económicos que has dedicado a comprarla. Además, si con la venta no se salda la hipoteca, todavía seguirías debiendo dinero al banco.
- Estás más expuesto a gastos inesperados.Más allá de los impuestos como el IBI, ser propietario te expone a muchos gastos inesperados. Los primeros son los propios del mantenimiento de tu casa y los segundos los de la comunidad. Los arreglos de tu casa podrás controlarlos y elegir cuándo hacerlos, pero las derramas de la comunidad no.
- Pierdes oportunidades profesionales y personales. Por más que tu vida cambie, tu hipoteca seguirá ahí y necesitarás cubrir por lo menos su pago con tu salario. Esto se traduce en que necesitarás una fuente de ingresos estable y recurrente, lo que limitará tus alternativas a la hora de emprender o buscar un cambio laboral de cualquier tipo. En definitiva, arriesgarse ya no será para ti.
¿Alquiler o compra, qué hacer en tu caso?
La flexibilidad del alquiler es una ventaja a tener en cuenta, incluso a nivel económico. Como ya has visto, ser propietario puede atarte más de lo que gustaría. Quizás por eso, en las primeras etapas de tu vida alquilar puede tener más sentido.